Siempre ponemos el listón muy alto cuando comenzamos a desarrollar un nuevo software de ajuste de motores; para este modelo en particular, el proceso de desarrollo tomó meses para asegurarnos de obtener el mejor rendimiento posible en todos los aspectos.
Lo primero que hicimos fue familiarizarnos con el vehículo y la construcción del motor, y realizar pruebas exhaustivas con la configuración original en nuestro banco de pruebas. En esta etapa, instalamos diversos sensores para medir con precisión la presión, la temperatura, el combustible, el caudal y la potencia. Con acceso completo a la ECU y a todos sus mapas, comenzamos a localizar los parámetros necesarios que debían ajustarse. Mediante ajustes graduales y numerosas pruebas en el banco de pruebas, supervisamos de cerca el proceso y registramos la respuesta del motor a cada cambio. También sometimos el motor a pruebas de estrés, sometiéndolo a un funcionamiento intenso durante largos periodos, tanto a plena carga como a carga parcial, para asegurarnos de que las temperaturas y otros parámetros no alcanzaran niveles perjudiciales con el tiempo.
Una vez alcanzados los valores de potencia deseados, comenzamos las pruebas de campo. Conducir los vehículos en las mismas condiciones que nuestros clientes es crucial para obtener la mejor conducción posible. Todos los sensores siguen instalados en el vehículo y obtenemos una gran cantidad de datos para su análisis. Gracias a MaptunerX, también podemos probar, ajustar y perfeccionar la configuración in situ durante las pruebas de campo. Tras las pruebas de campo, entregamos el software a nuestros socios y pilotos. Esta es la clave para probar las configuraciones en situaciones reales y con diferentes estilos de conducción. Gracias al registrador de datos de MaptunerX, recibimos información crucial y aún más datos para analizar. Después, ajustamos la configuración individualmente y dejamos que diferentes pilotos prueben diferentes configuraciones para ver cuál funciona mejor.